Haroldo Higa:“El artista debe opinar”

“Yo no trabajo el tema de los juguetes en tanto que juguetes, sino como pretextos, como medios de expresar lo que pienso, mis preocupaciones actuales. La apariencia puede ser infantil, pero la esencia del trabajo es adulta”. Es lo que nos advierte desde el principio Haroldo Higa, uno de los artistas que más ha trabajado con el tema de los juguetes. Haroldo, quien actualmente comparte su labor creativa con la docencia, ha sido recientemente galardonado con el primer premio del 7mo concurso anual de artes visuales «Pasaporte para un artista » organizado por la embajada de Francia. Su obra es, en efecto, de una sencillez engañosa, portadora de muy personales reflexiones sobre la realidad, no exentas de humor e ironía.

Haroldo, para ser sincera, los extremos tamaños de muchos de tus trabajos me sorprenden.
El tamaño tiene que ver con la relación de los espectadores con el objeto visto, sea cual sea. La presencia es muy importante. Una de mis propuestas, por ejemplo “Fantasía”, es potenciar el significado que tenía cada pieza, para lo cual traté de ampliar 50 veces su tamaño cada juguete que había encontrado, para elaborar un mensaje de ausencia, de desperdicio, de pérdida, de abandono. También por eso modifiqué el color para que sea todo negro, y el efecto final que buscaba era una mezcla entre el encanto y la perturbación, entre la forma amable del juguete y el tamaño y color perturbadores. En el caso de “Souvenir cremoso” que fue el trabajo con el que gané el Pasaporte para un artista, ya no amplié 50 veces la escala original sino por 20 veces. Para este trabajo escogí en las tiendas para turistas las piezas artesanales que, descontextualizadas y lejos de sus rituales, se han convertido en souvenir. Quise cuestionar esta producción, esta transformación que le quita la identidad a las piezas (como por ejemplo el huaco erótico, el torito de Pucará, el retablo ayacuchano, etc.) y las convierte en, por ejemplo, el llaverito de recuerdo. Al uniformar las piezas quiero decir también que han perdido su valor original.

Además tus materiales…
En cada proyecto nuevo he estado indagando con nuevas posibilidades y nuevos materiales menos tradicionales, como por ejemplo la espuma de poliestireno expandido (tecnopor). Para mí significa cuestionar la idea de la larga vida. ¿Para qué hacer algo que dure toda la vida si nuestras vidas duran apenas un instante? La vida contemporánea es muy dinámica. No necesito hacer cosas que duren por siempre. O por ejemplo mi instalación escultórica “Línea Negra” fue trabajada íntegramente con palitos de chupete. Yo quería representar la ciudad como una gran cárcel, y con los palitos negros pude re-crear los edificios más representativos de Lima. Y el resultado fue una suerte de Lima encarcelada. Yo creo que uno como artista debe tener la capacidad de observar y opinar acerca de la realidad que nos rodea.

Tú has trabajado siempre discretamente, y no eres lo que se dice “un figureti”. ¿Qué significa este premio para ti?
Pues creo que he sido afortunado, estoy seguro de que la elección fue muy difícil, pero me tocó a mí y estoy muy agradecido: creo que este premio es un reconocimiento al esfuerzo que un artista realiza. Voy a tratar de aprovechar la beca al máximo y estoy preparándome desde ahora. Mi idea es investigar y hacer un trabajo de archivo en el Centro Pompidou. Me gustaría hacer un análisis, un estudio de las obras más representativas del arte contemporáneo con relación a la escultura. Lo quiero es traer a Lima mi registro del Centro Pompidou de Arte Contemporáneo, lo que yo haya visto y revisado, mi interpretación. Durante lo que dure la beca me gustaría ser una especie de visitante privilegiado del Centro Pompidou: quedarme todo el día durante los tres meses. Y observar, acopiar información sobre las obras, y ver y comprender las reacciones de los espectadores con relación a ellas. Quisiera desmitificar esas obras que se supone que son los hitos del arte contemporáneo. A mí me ha pasado muchas veces la experiencia del desencanto. Nosotros tenemos acceso a esas obras mediante catálogos, internet, etc., pero es una experiencia un tanto idealizada: la obra se ve magnífica. Pero a veces cuando llegas a verla en directo, la experiencia “real” no se iguala a la idea que uno tenía. Hay un choque, una ruptura entre la idealización y la realidad. Quiero mostrar el proceso de la idealización al desencanto. Es probable que a mi regreso en Lima presente algo con obras desarmadas o destruidas. El desencanto es un proceso que además nos acompaña en nuestra vida cotidiana, cada vez que salimos a la calle nos desencantamos de algo. Todos los días y en todas las áreas.
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Publicado en la Guía de Arte de Lima, Febrero de 2005

Un comentario sobre “Haroldo Higa:“El artista debe opinar”

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  1. Que gusto me da leer estas líneas y saber de la trayectoria que una persona tan gentil y admirada sea mi maestro.Felicitaciones y mi más sincero respeto.

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