Anduve de viaje por tierras productoras de vinos y piscos.
Esperaba muchas de las cosas que me encontré, pero otras no: el horroroso tráfico con su respectiva congestión, el ruido, la cantidad de gente, la invasión de mototaxis pululando por todos lados, las enormes invasiones de terreno alredededor de las nuevas «fuentes de trabajo», es decir, léase plantaciones nuevas, plantas industriales, proyectos mineros, negocios, etc.
Como decía Roberto Carlos, si es que alguien se acuerda de tan vetustas canciones, yo no estoy contra el progreso /si existiera un buen consenso / errores no corrigen otros…. el fenómeno lo estoy viendo ya en varias localidades peruanas, y no deja de inquietarme.
Otra de las cosas que me asombró, aunque no debería porque ya me lo esperaba, es que mucha de la destrucción causada por el terremoto de Pisco de 2007 aún no se recupera.
Los iqueños me contaron historias, pero claro, hay mucho más que investigar por allí. Seriamente, es hora de continuar con el seguimiento del proceso de reconstrucción. Porque la impresión que tuve es que, básicamente, la que se ha hecho ha estado a cargo de los propios pobladores, con sus propios medios, y que el Estado se ha ido de alivio.
Si esta hipótesis está equivocada o no, es algo que habría que investigar.
Y en plan de hablar de cosas más agradables, estuve también haciendo fotos de viñedos y lugares donde se elaboran vinos y piscos. Y por supuesto, catando algunas de estas bebidas que siempre nos ponen de buen humor… una foto del recuerdo… 🙂
Supongo que la cata incluyó probar deliciosas uvas… espero que si.
Saludos.
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Después de leer «una foto del recuerdo, yo esperada una foto después de un polongado día de ingesta, perdón, de cata de vinos.
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