Holas! Acá aprovechando que estoy sentada mirando a Enanix a hacer la tarea para bloguear un poco. Preocúpome: Enanix ha entrado al Primer Grado ya sabiendo leer, escribir, sumar, entre otras cosas. Lo que me preocupa es que mi amiga la psiquiatra me dice que tiene varios pacientes que, según ella están mal porque los estresaron desde el colegio. Pero si ahora a todos los chicos les enseñan mucho más de lo que nos enseñaban a nosotros, le dije. Ella no tenía idea porque no tiene hijos; pero la tendencia actual parece ser meter a los chicos en la rat race a edades cada vez más tempranas. Me da bronca porque les quitan tiempo para jugar y pasarlo bien, pero también me da bronca porque a este paso los que vamos a terminar en consulta psiquiátrica somos los padres. Con todas las exigencias de la vida actual, encima tener que estresarnos por las tareas de los chicos (¡porque hay que ver que hay cada tarea que parece para estudiante de arquitectura…!) es a veces extremadamente agotador. Y eso que sólo tengo una hija. No sé cómo hacen los padres que trabajan y tienen dos o tres hijos en el colegio.
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Siguiendo con los asuntos generacionales: la generación de mi madre cantaba canciones con letras inocentes como I wanna hold your hand (Beatles); la mía creció con I wanna know what love is (Foreigner); en los noventas mi prima Sherryl Crow hacía popular el tema All I wanna do is have some fun…. y ahora último Beyoncé canta I’ll be your naughty girl / I know you want my body. Me quedo pensando ¿qué va a cantar la generación de mi Enanix cuando tengan 14, 15, 16 años? Algo como The Next Dick please!!! ??? Je, claro que estoy exagerando. El romance en sí obviamente no morirá nunca: lo que me da pena es que el goce y las emociones deliciosas del romance, que es algo que a través de los siglos se les ha atribuido principalmente a los jovencitos, se les está evaporando con tanto bombardeo sexualizador dirigido justamente a ellos. No me considero cucufata, y no intento tapar el sol con un dedo, es decir, sé muy bien que el mocoso que se quiera acostar con la mocosa (y viceversa) finalmente van a encontrar la manera de hacerlo. Eso ha ocurrido siempre, y no va a dejar de ocurrir digan lo que digan y hagan lo que hagan los adultos. Pero también creo que mucha de la educación sexual moderna, al concentrar su atención en lo puramente mecánico y fisiológico, termina haciendo que los chicos se pierdan de vivir la otra dimensión del sexo; la de la experiencia del encuentro amoroso total con el otro, esa emoción que trasciende ideologías, sociedades, religiones, esa vivencia que nos hace trascender del mamífero para enriquecernos como personas… y que tan necesaria es para salir del propio Yo y crecer. Creo que una cosa es que los chicos tengan sus experiencias por que están enamorados (o creen estarlo) y otra que a esa vulnerable edad lo hagan solamente por presión social, por «quedar bien», o sólo por el llamado de las hormonas, o peor aún, porque TODA la cultura popular les dice que tienen que hacerlo para crecer. Eso es lo que me preocupa: me da un poco de pena. No los hagan perderse cosas por quemar etapas. Déjenles vivir sus ilusiones. Ya tendrán tiempo de vivir otras experiencias.
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Hoy estrené… mi primer par de anteojos de lectura! Sí, esos para ver de cerca. Por más que sean modernísimos, super cool y a la última moda, es obvio al kilómetro que se trata de ANTEOJOS DE LECTURA. Lo que me confronta cara a cara con el hecho de que estoy por cumplir 44 años. No me preocupa envejecer; lo que me preocupa un poco es pensar si sabré envejecer con gracia. Creo que cada etapa de la vida tiene algo que ofrecernos; y como aunque ya esté medio vieja, ¡todavía no me he muerto! estoy dispuesta a sacarle el máximo partido a lo que me toque vivir de ahora en adelante. Como decía el filósofo Gabo, Apártense vacas, que la vida es corta. No pienso perder el tiempo en lamentaciones ni en preguntarme qué habría pasado si… a esta edad uno sabe lo que quiere y sabe si lo que se tiene delante es importante o no. Y como siempre he sido una experta en reírme de mí misma, pues estoy dispuesta a reírme hasta de los achaquillos de la edad, como por ejemplo esto de necesitar anteojos para leer. Ya me verán riéndome de las canas, de la menopausia y hasta del bastón.
He dicho!!
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Que fresco y ameno post. Considero que el ser madre trae muchos aprendizajes y una muestra de eso es lo que narras frente al cambio que existe en las tareas que asignan hoy en los colegios. A mi me pasa con mi hermano menor, o también cuando a la biblioteca, acá cerca, van chicos preguntando por tareas que como dices, mas parecen para estudiantes de arquitectura.
Y bueno, nunca me ha gustado la palabra vejez y peleo mucho con quienes la usan , porque ya quisiera yo haber vivido muchas cosas de los 50, de los 70, etc. Ejemplo de ello, el que me la pase escuchando boleros. Jé. Me parece además que cada etapa de la vida tiene su magia y que mientras hayan sueños, lo demás está ganado 🙂
Saludos,
Cati
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Hummm espero no tener nietos pronto, y menos q me los endilguen.. jajaja. Por otra parte tienes razón, los medios, la publicidad, tienen una carga erótica muy fuerte hoy en día, y ni hablar de la música o los bailes… mmm opiniones de ese tipo creo q son tmb síntomas de vejéz.. chess… mejor m quito sin roche nomás…
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Entiendo un poco a Enanix.
Yo comencé a leer cuando tenía 3 años. En casa teníamos la costumbre de comprar El Comercio los sábados y domingos, y yo, aburrido de lo mismo de siempre en la televisión, hojeaba las páginas del diario tirado boca abajo en el suelo de mi sala. Como no entendía lo que decía el papelón, le preguntaba a mi mamá acerda de esa H de Hogar, la cereza de sus propagandas, o sobre quién era el de la foto – luego aprendería que ese señor blancón se llama Bill y apellida Clinton.
Es cierto, con cada nueva generación, los niños crecen y aprenden/adquieren conocimientos muchísimo más rápido que sus antecesores. Quizás por preguntones, curiosos o porque ya cargan en sus genes esa inquietud por el saber ahora, ya, rápido. Creo que ya están acelerados de fábrica. 😀
No está de más inculcarles algunos pequeños detalles propios de nuestra niñez, un paseo al parque relajado o la lectura de un libro al dormir, por ejemplo. Esas cositas marcan la diferencia, y también benefician a los padres. Bajar las revoluciones de nuestro diario andar puede ayudar a apreciar la magia de la vida.
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El otro día estuve en un quinceañero y, como dije en Twitter, la música fue, en su 80%, puro reaggeton/perreo o como se llame. No voy a negar que lo he bailado y que me gusta, pero lo que si debo decir es que, de tanto escuchar frases que rebajan la sexualidad a puro morbo y satisfacción carnal, da asco y pena. Lo primero porque, bueno, cansa tanta rima explícita. Y lo segundo porque, lo que se supone es un acto de amor y entrega se malbaratea y se está comenzando a creer que ello es correcto. «La sociedad es más moderna, los tiempos cambian» nos dicen, pero lo que no nos dicen es cuan vacío alguien se puede sentir después de haber compartido algo tan personal para luego seguir su camino, como si nada importante hubiese pasado.
Y también me ponía a pensar en el futuro que nos espera, al ver a chiquillos de 15 años fumando y tomando, haciendose los bacanes, pendejitos.
Y ellas no se quedan atrás. Me pareció sumamente gracioso ver a una niña con un cigarro en su mano buscando berrinchosamente un lugar donde poder sentarse y fumar tranquila. Me reí de lo ridículos que podemos ser a esa edad, queriendo crecer a pasos agigantados, cuando aún tenemos cara de bebés.
Nuevamente, yo también he sido así hace unos 5 o 6 años. Pero, eso sí, mis amigas no eran tan mandadas como las jovencitas de aquella noche.
«Ay, la juventud de ahora!»
Ha sido un placer leer uno de tus delirios de madrugada compartidos conmigo 🙂
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Me gustó tu post. Me acordé de las canciones que cantaba mi madre, y esas canciones eran realmente sensuales! «Eso de fumar es un placer, genial, sensual, fundo espero al hombre que yo quiero…» cantado a una niña de tres años, ufff! las canciones que luego he escuchado realmente son de nido. Y eso de que a los niños los llenen de tareas en los coles, yo creo que lo hacen para que los padres estén contentos de todo lo que aprenden sus hijitos. Así no se aprende! yo paporretié poemas y canciones solo por miedo a la profesora de primero, y es uno de los cucos más recurrentes que tengo. Vale por tu Enanix que se rebele de cuando en cuando. Mis hijos se rebelan siempre así que por ahí no tengo cuidado. Besos.
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Yo comparto contigo la sensación de que a los niños los estresan desde el colegio.
En el tema de las tareas tengo una posición que me ha valido algunos desacuerdos. Hay chicos que entregan tareas hechas por estudiantes de Arquitectura, y hasta por arquitectos ya experimentados. Mientras que otros llevan trabajos infinitamente más sencillos hechos por ellos mismos. ¿Quién saca más nota? El que NO es hecho por el aumno. Lo viví con mi sobrino una vez y me dio rabia.
Tampoco comparto que sean los padres los que «revisen» las tareas. Que revisen si están hechas está bien, pero no creo que sea correcto revisar que estén bien hechas. Porque el padre, o adulto, que corrige puede estar equivocado. Y, más grave aun, al llevar una tarea perfecta, el profesor tiene la idea equivocada de que el alumno entendió. Y pasa a otro tema sin que el alumno haya entendido el anterior.
Sobre los lentes… bueno, para quien los usa desde antes de empezar el colegio ya todo es igual.
Creo que este es el comentario más largo que he mandado en los últimos tiempos.
Saludos.
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Acabo de ver que mi blog no está en tu lista de blogs amigos.
😦
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Ups Gabriela, hubiera jurado que lo tenía. No actualizo esa lista hace demasiado. Ya mismo corrijo semejante ofensa. Besito.
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ja, ja, ja…
Gracias.
😀 😀 😀
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Me gusta tu blog. Yo como abuela disfruto enormemente a mis nietas de todas las edades con las que puedo sostener una conversación que yo a esa edad no estaba en condiciones. Pienso que los grandes son los que se estresan y los niños se acostumbran a ese ritmo con más facilidad. Se les prepara para la vida actual.
en cuanto a las canciones que escuchabamos en mi época, efectivamente sus letras eran más simplonas y romanticas y hasta ahora se escuchan.
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Vamos por partes:
En primer lugar, la escuela peruana, privada y pública, sigue apostando por lo cognicitivo y da por valedero el hecho de llenar las cabecitas con más y más conocimientos sin reparar que los niños salen de la escuela y no saben que hacer con tantos conocimientos. Eso se ocurre desde mis épocas, no ha cambiado y no va a cambiar mientras no se tome la educación en serio, esto es, se considere que la educación involucra a gobierno, a los maestros y a los alumnos.
En segundo lugar, la música siempre ha sido un catalizador de las emociones y si antes las letras eran más sútiles, hoy pecan de demasiado explícitas; no olvides el LSD (Lucy in the Sky of Diamonds), el «so let it out and let it in» de Hey Jude (The Beatles), el trangresor «I wanna hold your jam» o los discos para escucharlos al revés. Algo que funciona es hacer que desde niños escuchen buena música (no hablo de clásicos), porque de grandes siempre volverán a esa música.
Finalmente, lamentablemente en el Perú a los 40 uno ya es viejo y son muchas puertas las que se cierran, y es precisamente cuando uno tiene toda la experiencia y las ganas de seguir apostando por un mejor país. Porque a los 40 uno puede hacer todo lo que hacía antes, pero mejor.
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