¿Qué, ya estamos en 2010? (meditaciones varias)

Así dicen. Pasó el 31 de diciembre, pasó el 1 de enero, pasó ya largamente una semana; veo las fotos de la pequeña celebración familiar con que recibimos el nuevo año, la nueva década… hemos cumplido con los rituales, hemos visto todo desenvolverse según lo previsto, y hemos vuelto (al menos yo) a ese estado donde nuevamente cada día parece una repetición del anterior, per sécula seculorum. Los días se pasan uno tras otro tan rápidamente que no puedo evitar recordar la célebre frase de la no menos famosa «Chuchi» Díaz: vive la vida antes de que la vida te viva. En fin, tengo grandes esperanzas puestas en el 2010, pero claro, hay también muchas mangas que remangarse, muchas cosas que hacer, mucho trabajo que hacer, muchas canciones que escuchar… muchas cajas (reales y metafóricas) que arreglar.

***

Por esa misma clamorosa falta de tiempo que nos aqueja a todos los que trabajamos y tenemos familia, me quedé con las ganas de comentar sobre la a-po-te-ó-si-ca reunión de mi promoción (1988-II) de egresados de Ciencias de la Comunicación, que tuvo lugar en algún lugar de Barranco, un sábado de diciembre. Fue alucinante: fue increíble. Y no porque hayamos terminado bailando «Pedro Navaja» y otras salsas ochenteras en «La Noche» (de hecho, la reunión se tuvo que acabar porque eran más de las 3am y el local tenía que cerrar) sino porque todos los poderes del universo entero conspiraron para que lo que se proyectaba como una reunión de ocho gatos (convocada vía Facebook) terminara reuniendo a casi 40 eufóricas personas, entre exalumnos y profesores. Hasta un par de compañeras con las que no teníamos contacto y que no sabían nada del asunto (una de ellas de visita, desde Extranja) aparecieron y terminaron quedándose: una entró de casualidad al bar y a otra la encontró un grupito hambriento que fue un rato a buscar los famosos sandwiches de Juanito. Y así por una noche la magia de la amistad nos hizo tocar el cielo de la felicidad igual que cuando éramos veinteañeros.

Amistad. Llega un momento en la vida en que uno se da cuenta de que ya no se puede hacer más «amigos de juventud», que ya sólo queda conservar a los que se tienen. Y atesorarlos, porque no sólo son parte de nuestra(s) historia(s), sino que saben de qué pie cojeamos, saben por qué tenemos ese tic o esa manía, saben por qué somos como somos, saben las cojudeces que hicimos, saben qué nos hizo felices y por qué hemos llorado, y en algunos casos hasta nos han visto llegar hasta donde estamos. Pero lo más increíble es que en ellos se encuentran esas pequeñas partes de nosotros que ya nosotros mismos hemos perdido de vista luego de tantas vueltas y batallas en la vida; son parte de nosotros. De lo que somos. Y por eso los necesitamos. Creo que todos los que asistimos a esa reunión lo hicimos impulsados por esa misma certeza, por ese mismo feeling, y que por eso fuimos tantos. Gracias, queridos amigos. Los quiero como mi*rda… y a ver si llegamos a juntar a toda la promoción para la próxima!!

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Pregunta de madre: ¿por qué todos los colegios, institutos, gimnasios, talleres y demases nos quieren meter la idea de que HAY QUE inscribir a los chicos en vacaciones diz que útiles? Me rebelo. En el cole de mi Enanix nos salieron con que el ciclo de «adaptación al primer grado» era «obligatorio» para todos los «egresados de inicial». Así que me salió la hippie que llevo dentro y dije; ¡¡naranjas!! que me obliguen pues, a ver si pueden. Enanix ha terminado inicial con promedio «A» en TODOS sus cursos, incluida felicitación de su profesora: tiene derecho a descansar en vacaciones! En todo caso, estoy convencida que la idea de los cursos de verano es (o debería ser) explorar cosas distintas a la rutina. ¿Seguirla mandando al colegio? No estoy de acuerdo. Para todo hay tiempo, y el verano no es tiempo de ir al colegio. Si tuviera que llevar vacacional porque salió desaprobada en algo, vaya y pase, pero éste no es el caso.

De modo que la he puesto en el taller Kids de Euroidiomas (para que aprenda inglés desde ahora, tiene que hablarlo mejor que yo!) y en un cursito de minichef en el que ella me rogó que la inscriba. Y claro, salimos de paseo, comemos helados, vemos TV, jugamos… y estamos felices sin tanta tarea del colegio. Todos contentos. No le veo sentido a quemar etapas, a meterla en la rat race desde ahora. Con razón se ve tanto mocoso estresado en estos tiempos. Después dicen que es «hiperactividad» y los pepean para que no jodan a los grandes.

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Los dejo con una hermoso tema de Pat Metheny que encontré hace un tiempo en San Youtube. Y antes de que pregunten: no, no están viendo visiones; sí, ése es Pedro Aznar. Sorry que la calidad del video no es tan buena. Es una presentación en vivo en Montreal, en 1989.

Hasta pronto.

2 comentarios sobre “¿Qué, ya estamos en 2010? (meditaciones varias)

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  1. VIVA EL VAGANBUNDEO!!!

    que maravillosa fiesta de reecuentro de la gente de comunicaciones, me parece fenomenal.

    estoy de acuerdo contigo Isabel, el cerebro necesita descansar, y nosotros los padres tambien de ir al colegio y toda esa rutina, aqui en EEUU tenemos 15 dias de diciembre
    y 15 en marzo antes de la primavera y el verano desde la segunda semana de junio, todo julio y agosto.
    los colegios si hacen summer camp son de piscina y crafts relajo total.
    COMAN MUCHO HELADO y PLAYA cuando se pueda
    un beso
    Araceli

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