La conspiración de los brassieres. (REEDITADO)

NOTA: Esto lo publiqué originalmente el 11 de marzo de 2007. Tengo el placer de decirles que a los dos meses de haberla posteado, empecé a encontrar en las tiendas diseños más variados y tallas más grandes en los artículos de los que hablo. Y hasta ahora. Tal vez haya sido sólo casualidad, pero prefiero pensar que alguien en el negocio leyó el post (y los comments que generó) y lo tomó como un focus group 🙂 Bueno, que no se olviden… aquí tienen el post recargado, hoy lunes, día de «refritos».

Después de mucho tiempo tuve la oportunidad de ir sola de compras. ¡Yeeee! Y ya que tenía un par de horas enteramente libres sólo-para-mí en el Jockey Plaza, primero compré el CD que había ido a buscar (que, como ya es de rigor, terminó acompañado de cuentos para La Enana) y luego fui a ver cosas para mí. Entre ellas, ropa interior. Entré a una exclusiva tienda de una muy conocida marca (que no mencionaré directamente) donde, a juzgar por la gran variedad de diseños que mostraban en las vitrinas, seguramente encontraría algo para mí.

Pero las apariencias engañan. Mientras examinaba unos brassieres de encaje elástico que me parecieron preciosos, la vendedora se acercó, muy solícita:

– Señora, ¿en qué talla lo desea?

– En 36-C, por favor.

Tendrían que haber visto la cara de espanto de la vendedora. Casi parecía que alguien había profanado un templo. Susurrando, casi a punto de que le dieran convulsiones, me dijo

– Señora, en esa talla solamente tenemos ropa “de control”.

(¡PLOP!)

Para los despistados: “de control” es un eufemismo huachafo para no decir “ropa que te sujete los mondongos” o mejor dicho: “ropa de gorda”. ¿Qué cosa? Eteeee… o sea, si una no usa copa B sino C, y si se usa más de 34, (o sea: más grande que 34-B), ¿ya queda etiquetada como “gorda”? ¿Y para las “gordas” no hay ropita? La verdad que no me hizo ninguna gracia, especialmente considerando que la propia vendedora no tenía precisamente una silueta parecida a la de Barbie. Además, echando una mirada a las mujeres que andaban de compras como yo, un 50% eran de mi contextura o incluso mucho más gruesas. Se me disparó la bilirrubina y me fui de allí, diciéndole:

– La verdad, esa ropa que tienes allí está bien fea.

Porque efectivamente, esta “ropa interior de control” en su mayoría no tiene esos detallitos coquetones tan femeninos que a todas nos encanta lucir; son pura lycra. Nada de telas bonitas o con texturas, nada de sedas ni escotes, nada de transparencias, encajes o lazos. Y casi toda viene en color blanco. Nada de colores llamativos, ni estampados atractivos, ni diseños sugestivos. ¡Plop!

En Estados Unidos se considera que un 60% de mujeres usan talla 12 (el equivalente a nuestra talla 34 en pantalones) y que un tercio de todas usa talla XL (extralarge) o más grande aún. Y ojo que las tallas americanas son más grandes que las tallitas ridículas que se consiguen por acá. De hecho, en otros países hay muchas compañías que fabrican ropa interior realmente linda para las mujeres talla grande, como le consta a cualquiera que haya viajado un poco.

Pero tampoco hay necesidad de viajar. Basta con hacer una búsqueda en Google para ver cuán grande y disputado es este segmento del mercado. Entonces, ¿por qué rayos en nuestro subdesarrollado país se sigue negando la realidad de que la mayoría de las mujeres tenemos bastante carne encima de los huesos, y se fabrican prendas bonitas sólo para las flacas y nulíparas? ¿La creatividad de los diseñadores tiene límite de talla? ¿O creen que las mujeres talla-bien-despachada no tenemos derecho a usar y/o lucir cosas lindas? Y ojo que en otros países se consideran “plus sizes” (tallas grandes) recién a partir de la talla 38-B.

Es claro que a veces, para lucir bien en un vestido especial, una se tiene que poner un body o algún tipo de faja. Es la factura que nos pasan los años, la maternidad y los genes (por más que una se mate haciendo abdominales). Pero eso es una cosa muy aparte, y tampoco es algo que (salvo excepciones) se use todos los días. Pero, aún si así fuera, ¿no hay derecho a ponerse también otro tipo de prendas? ¿O se piensa acaso que las “gordas”, sólo por serlo, no pueden o no quieren usarlas? ¿que no pueden tener ganas simplemente de ponerse ropa que las haga sentir lindas? ¿Que son unos entes horribles que no pueden tener jamás un hombre para el cual querer ponerse prendas sugestivas? Y después la gente se pregunta porqué rayos hay tanta mocosa anoréxica o bulímica en la actualidad.

Si nuestros cuerpos no responden al modelo considerado actualmente el estándar de belleza a seguir, el “paradigma”, ¿eso debe ser impedimento para poder comprarnos ropa (interior o exterior) bonita, cómoda, sexy o elegante? Si somos un poco (o mucho) más grandes, ¿eso nos hace valer menos? ¿Es impedimento para llevar una vida normal, para ser feliz, o para disfrutar de la vida? ¿Nos debe obligar a gastar millonadas en cirugías y frivolidades en una eterna búsqueda de la elusiva y efímera “belleza”?

Pero mi incursión tuvo final feliz. Finalmente encontré algo más o menos como lo que buscaba, aunque no taaaaan coquetón, y en color blanco. Así que como premio por tener en el mercado realistas tallas bien grandes (ví hasta brassieres talla 40-C) le haré un merecido publicherry a la marca CAFFARENA. Bravo, señores: demuestran conocer bien su mercado. Por algo a los negocios chilenos les va tan bien en el Perú. Una sugerencia, señores de Caffarena: hagan también prendas en colores más cálidos, que den ganas de lucirlos. Se van a ir al top de ventas, les aseguro.

La entrada original con sus 22 comments está en este enlace.

7 comentarios sobre “La conspiración de los brassieres. (REEDITADO)

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  1. Bien por Caffarena!!!! Recuerdo haber conocido a una mujer que era parte de esta familia … ella era toda «stylist». En fin – eso fue nota al pie – que razon tienes mujer. Muy de acuerdo con tu molestia!!!!!!

    Me alegra que ahora si haya mas variedad para todas las tallas … todas tenemos derecho a vernos y sentirnos lindas y coquetas!

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  2. Que cosa mas absurda. Si en Victoria’s Secret, la medida estandard de un brassiere es 36C, una copa B es un escandalo! Yo trabaje por muchos a~os en el departamento de ropa interior y se por experiencia que la medida so~ada es y siempre ha sido un 36C… que cosas mas raras pasan aca….

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  3. El año pasado inicié con una amiga la aventura de poner una tienda de ropa interior en el CC La Rotonda I en La Molina, y desde un inicio nuestras clientes nos hicieron las mismas observaciones que he leido en esta pagina, en relación a lo dificil que es conseguir tallas grandes, y ni hablar de tallas grandes y atractivas. Tratando de que nuestras clientes no se vayan desilusionadas de nuestra tienda nos hemos preocupado por surtirnos de un pequeño stock en diversas marcas,que les ofrezco con gusto tenemos tallas 34 C y D, 36 C,D y DD, 38 C,D y DD, 40 y 42C, y 40 D.No se si es correcto hacerme el «cherry» de esta forma pero en realidad también siento que colaboro con ustedes.Estamos en las Páginas Amarillas.

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  4. vale..divino el omentario me ayudo enormemente estoy en este momento realizando un proyecto denominado PONKITO lenceria femenina y no se me habia ocurrido aquel problema ..que es comun pero se me paso de largo seria estupendo proponerlo a mi equipo de trabajo muchas gracias …..porfavor si tienes mas sugerencias escribalas porfavor……..

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