Confessions on a dance floor…

Aunque ella no lo sabe, Madonna y yo somos viejas amigas. Su música, sus locuras, sus happenings, fases artísticas (algunas medioposeras también) y sus etapas personales, han acompañado ya veintiún años de mi trajinar por este mundo; incluso en determinados momentos, hemos compartido algunas vivencias comunes en el camino. Juventud, rebeldía, metidas de pata, búsqueda, logros y fracasos; maternidad, reflexión, espiritualidad, revisión y repaso de la vida.

Yo estaba entre molesta y apenada, porque, en mi opinión, después de Ray of light, no había sacado ninguna producción que valiera la pena. Los discos que lanzaba me hacían imaginarla encargando focus groups para saber qué estaba escuchando la gente y acoplarse a las ondas más trendy, en vez de proponer ella la suya propia, como antes. Y pensar en ese desperdicio de talento me reventaba.

En fin, que hace poco adquirí (por fin) el Confessions on a dance floor, más por fidelidad a mi vieja amiga que por fe de encontrar algo bueno, y aunque la carátula me pareció medio patética, al escucharlo me llevé la gran sorpresa: al muy poco tiempo ya estaba yo enganchadísima con el disco. Primero con ese incansable, casi hipnótico disco beat que tiene, y luego descubriéndole muchas “capas”, riffs pegajosos y sonoridades electrónicas. Todos, todos los tracks me gustan, aunque algunos más que otros, claro.

Mi primera impresión fue que Madonna había vuelto a sus raíces: en resumen, digamos, la misma de “Holiday”, pero con envoltura electrónica. Lo cual era previsible, considerando que el productor es Stuart Price: pero sinceramente, no me esperaba un trabajo tan bien hecho.

En principio, la densidad y cantidad de las mezclas me remite a la “muralla de sonido” que inventó Phil Spector hace décadas. Aunque claro, con consolas electrónicas en vez de orquestas, y sin la reverberación. Pero la idea de privilegiar la masa de sonido “en bloque” antes que la voz, es prácticamente la misma. Además, por supuesto, de que el avance actual de la electrónica posibilita nuevos sonidos, efectos y demás complejidades.

Y las letras ponen el balance. Todo el disco es un parejo intento de equilibrar lo mundano con lo espiritual. Y lo mejor, musicalmente, es la primera mitad del CD: temas como “Hung up” (Time goes by so slowly for those who wait / No time to hesitate) , “Get together” (I search, I search, I search my whole life / to find, to find, find the secret / and all I did was open up my eyes), “Sorry” (You’re not half the man you think you are / Save your words because you’ve gone too far) o “Let it will be” (Now I can see things / For what they really are / I guess I’m not that far / I’m at the point of no return) nos hablan de una mujer absolutamente segura de sí misma, que sabe dónde está parada, qué puede hacer y qué no y que, en plena madurez, no se anda con medias tintas.

Mención aparte merece “I love New York” que es puro baile por el baile, y con unas letras super divertidas. Agárrate, Bush…

Pero es en los siguientes tracks cuando, a pesar de ponerse un poco menos “pegajosamente bailables”, las letras se ponen más interesantes: como si realmente Madonna se hubiera tomado un par de tragos y empezara a confesarse en el barullo de la discoteca: en este disco en general ella canta suavemente, casi como conversando con uno. Hay también secciones habladas, y otras despersonalizadas con el uso de vocoders, que acentúan las letras.

Los textos tocan temas como por ejemplo:

  1. la magia del enamoramiento (Once upon a time / there was a boy and there was a girl / Hearts that intertwine / they lived in a different kind of world);
  2. la conciencia de estar ya a la mitad de la vida (I haven’t got much time to waste, it’s time to make my way / I’m not afraid what I’ll face, but I’m afraid to stay / I’m going down my own road and I can make it alone);
  3. reflexiones irónicas sobre la fama (It’s funny, I spent my whole life wanting to be talked about / I did it, just about everything to see my name in lights;
  4. esperanza (All of your life has all been a test / You will find the gate that’s open / Even though your spirit’s broken);
  5. la certeza de que se debe ser fiel a uno mismo, aunque no a todos les guste (This is who I am / You can like it or not / You can ove me or leave me / Cus I’m never gonna stop)

Todo esto, me parece, redondea muy efectivamente la atmósfera intimista del disco. Porque Confessions on a dance floor no es solamente una invitación al baile desenfrenado, sino también a la reflexión sobre las propias circunstancias.

En resumen, un excelente disco.

Mis temas favoritos son “Get together”, “Sorry”, “I love New York”, “Let it will be” y “How high”. Y ya los dejo con casi todos los temas del disco en mi RadioBlog. El último track no lo pude poner porque se me rayó la lectora de CD… SORRY!

6 comentarios sobre “Confessions on a dance floor…

  1. Yo más bien fui de los anti-Madonna hasta que la niña sacó precisamente su Ray of Light. Me gustó tanto que me asusté: ¿tanto he envejecido que ya me gusta Madonna?

    Los siguientes discos, como a ti, no me atrajeron tanto así que simplemente dije paso. Hasta que escuché hace unas semanas parte del Confessions on a Dance Floor en una tienda de discos y me pareció, sino un buen disco, siquiera uno muy pilas y divertido, de esos que te alegran el día.

    Sólo tengo un CD de Madonna, el Ray of Light. Quizá este se convierta en el segundo.

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  2. Danza; como diría Yo; en música estoy en nada. La verdad, soy un perdido total en el tema; solo escucho una canción y si me gusta MUCHO me la bajo de internet (3 CDs originales me he comprado en mi vida).
    No puedo negar que por mi «vieja» afición a los animes (disminuida pero no muerta) me gusta el «J-Pop» y también los «openings» o «endings», por ejemplo de Cowboy Bebop y series de ese tipo. Te recomiendo «Rain» o «Gotta Knock a Little Harder». A ver si te gustan 😉 (buscar en radioblog).

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  3. La verdad lo mejor de Madonna es Like a Prayer, de ahi tuvo grandes resbalones (Vogue, Erotica … ) hasta que luego de la maternidad volvio a hacer cosas interesantes.
    Lo malo es que a cada rato el MTV te bombardea con el Sorry…. en fin…
    Asi que la marinovia de america… jeje…

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  4. Chupate esa Rafo Valdizan….Danza la verdad que me has sorprendido,que buena critica!De Madonna me quedo con Ray of Light (Mix Version)y Borderline,

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  5. Yo escuchaba a Madonna porque mis amistades y demás lo hacían. Poco a poco le agarré el hilo y fui conociendo más de ella. Pero con el Confessions como que me enganchó y ahora tengo toda su colección en mi PC.

    Cosas de la vida. Cosas de la música.

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