La fiebre #PokemonGo llegó también a mi barrio.
De pronto han aparecido much@s niñ@s y jovencitos paseando a sus perros… como pretexto para salir a cazar pokemones, claro. Hay también jóvenes y adultos jóvenes (hasta vi a alguna señora) rodeando las Pokeparadas, que, cosa curiosa, han sido instaladas en casi todas las grutas de Virgencitas de los parques de la zona, y en los monumentos.
Lo Bonito: ver a padres y madres acompañando/ayudando a sus niños a cazar pokemones, caminando, compartiendo tiempo y divirtiéndose juntos (#yoconfieso que hoy fui una de estas mamis).
Lo Feo: ver muchos niños (solos y en grupos) andando de pokecacería completamente solos, sin supervisión y sin perro que les ladre, expuestos a cualquier «raquetero». Me pregunto si sus papis lo saben…
Como yo lo veo, es pura novelería.
Me gustaMe gusta